“¡Piensa positivo!”, nos dicen todo el tiempo. Y, sin embargo, sentirse enojado también tiene sus ventajas. Según una investigación que se publicó la semana pasada en The Journal of Personality and Social Psychology, la rabia es más útil para motivar a las personas a superar obstáculos y alcanzar objetivos que un estado emocional neutro.
En una serie de 7 experimentos, los investigadores incluyeron a estudiantes de la Universidad de Texas, Estados Unidos. En algunos casos, provocaron su enojo al mostrarles imágenes que insultaban a su escuela, como fotografías de personas con camisetas del equipo de fútbol americano de su universidad que llevaban pañales y biberones. “Funcionó bien”, afirma Heather C. Lench, autora principal del estudio y profesora del Departamento de Ciencias Psicológicas y Cerebrales de la universidad.
Los investigadores descubrieron que el enojo ayudó a los estudiantes a resolver más acertijos. Cuando se les pidió que jugaran a un juego de computadora arreglado para que fuera casi imposible de ganar, esto los enfureció, pero en esos momentos, los estudiantes se movían más rápido y su tiempo de reacción disminuía.
ACEPTA TU ENOJO
A muchos nos han enseñado a alejar las llamadas emociones negativas y a centrarnos en lo positivo; sin embargo, los expertos aseguran que ser incansablemente positivo y apoyarse en clichés felices, también conocido como “positividad tóxica”, puede perjudicarnos.
“La mayoría de la jerga de la positividad carece de matices, compasión y curiosidad”, escribió la terapeuta Whitney Goodman en su libro Positividad tóxica. “Viene en forma de afirmaciones generales que le dicen a alguien cómo sentirse y que el sentimiento que está teniendo en ese momento está mal”.
La verdad es que todas nuestras emociones son útiles. “Evolucionamos para experimentar emociones negativas”, afirmó Ethan Kross, psicólogo y director del Laboratorio de Emoción y Autocontrol de la Universidad de Michigan, Estados Unidos. “Durante mucho tiempo, existió la idea de que ser positivo todo el tiempo era una meta en la vida y que debíamos esforzarnos por alcanzarla”, señaló Lench. “Pero cada vez hay más pruebas de que, en realidad, una vida equilibrada por una mezcla de emociones es más satisfactoria y positiva a largo plazo”.
¿QUÉ TE DA RABIA?
El primer paso es reconocer que estás enojado. “Suena muy obvio, pero no lo es”, dice Daniel Shapiro, profesor de psicología en la Facultad de Medicina de Harvard. Pregúntate: ¿qué estoy sintiendo en este momento? ¿A qué se debe? “Nos enojamos cuando sentimos que hay un obstáculo que nos impide hacer algo”, explica. El enojo también puede derivar de emociones que nos sacuden, como la vergüenza, la humillación o la sensación de que no nos valoran. “Puede ser energizante”, añade Lench.
ESTABLECE UN OBJETIVO SALUDABLE
Cuando aflora el enojo, es importante recordar tu objetivo detrás de todo. De lo contrario, puedes descontrolarte con rapidez y producir una respuesta desmesurada, demasiado intensa para las circunstancias o que dure un tiempo excesivo.
Supongamos que estás discutiendo con tu pareja. Algunos estudios han demostrado que expresar el enojo y mantener una discusión polémica puede mejorar la relación, siempre que el objetivo sea fortalecerla, expresar las necesidades o llegar a un acuerdo, explicó Lench. Pero si lo que más te importa es tener razón y ganar la discusión, eso podría “llevarte a ser agresivo con los demás de una manera perjudicial”, añadió.
Para discutir con alguien de manera constructiva, Shapiro sugiere imaginar lo que siente la otra persona y analizar el problema desde su punto de vista; es más probable que así puedas influir en ella. Ojo, eso no significa que tengas que estar de acuerdo. Y recuerda, si tu enojo te consume, primero da un paso atrás para calmarte.
SÁCALE PARTIDO
En el trabajo, puedes canalizar la energía del enojo para alcanzar objetivos relacionados con el rendimiento. Por ejemplo, alguien que no haya recibido la evaluación o el ascenso que deseaba puede utilizar esa rabia para planificar los pasos a seguir para mejorar el año siguiente, afirma David Lebel, profesor de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos.
Y si le mencionas un problema a tus compañeros de trabajo o a tu gerente, acompáñalo de una sugerencia que ayude a resolverlo, dice, o pide ayuda para encontrar una solución. Encuentra solidaridad entre otros colegas. Juntos pueden expresar necesidades o hablar de lo que hay que cambiar de forma reflexiva y considerada.
Por último, ten cuidado con desahogarte. Desahogarse puede sentirse bien, pero no suele aportar soluciones, comentó Kross. Trata de obtener apoyo de personas que sean objetivas y puedan ayudarte a replantear tus circunstancias.
Fuente: [https://www.espaciomutuo.cl/bienestar/nuevas-miradas/conoces-el-lado-positivo-de-expresar-tu-enojo/]