Por algo le dicen “asesino silencioso”. Investigadores de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, han llegado a la conclusión de que 120.000 estadounidenses mueren cada año a causa del estrés relacionado con el trabajo. El personal profesional se siente cada vez más abrumado, y OSHA informa que no sólo el 83% de los trabajadores estadounidenses sufren estrés relacionado con el trabajo, sino que el 54% de los trabajadores descubre que también afecta su vida familiar. Esta tensión mental aumenta la agresión y reduce la calidad del sueño, dando lugar a un sinfín de afecciones cardiovasculares y trastornos psicológicos.
Fundamentalmente, también acaba con la productividad en el lugar de trabajo, ya que una eficiencia reducida conduce a una calidad de trabajo inferior y resultados disminuidos. Puesto en simple, reducir el estrés que siente el personal profesional puede aportar beneficios inmediatos a las organizaciones.
La Improvisación Aplicada (AIM) ha surgido como una forma fundamental de lograr esos resultados positivos. Al igual que una orquesta sinfónica practica las claves y el tempo para lograr la sincronización, AIM proporciona una manera para que el personal profesional genere confianza, interactúe entre sí, trabaje en conjunto y tenga más confianza en las habilidades de su grupo para superar desafíos y reducir el miedo a situaciones difíciles.
LOS BENEFICIOS DE IMPROVISAR
La improvisación aplicada (AIM) es una actividad grupal o en equipo que aumenta la autoconciencia, construye conexiones interpersonales y permite a las personas mejorar sus competencias de gestión. Las investigaciones muestran que el entrenamiento en improvisación mejora la colaboración, las comunicaciones, la innovación, la formación de equipos, la conciencia emocional y, lo más importante, las habilidades de liderazgo.
Esto no es nada nuevo, por cierto. Miles de años atrás, los humanos utilizaban historias improvisadas para entretenerse unos a otros incluso antes de que existiera el primer lenguaje escrito. Hasta mediados del siglo XX, la improvisación era sólo eso, una forma de arte utilizada exclusivamente en escenarios teatrales para divertir y deleitar. Todo esto cambió con Keith Johnstone y Viola Spolin, quienes sentaron las bases de AIM adaptando elementos teatrales como el trabajo en equipo y la colaboración para mejorar las habilidades de liderazgo. Este método de aprendizaje experiencial dejó atrás sus raíces en el escenario y la comedia: ahora puede convertir a los líderes de hoy en colaboradores y comunicadores eficaces, listos para enfrentar frontalmente la volatilidad y la ambigüedad empresarial.
SEGURIDAD, EFECTO SECUNDARIO
La confianza es un componente crucial de la seguridad psicológica, un estado mental en el que una persona se siente cómoda hablando. En un entorno de trabajo psicológicamente seguro, el personal profesional se siente cómodo asumiendo riesgos, planteando objeciones cuando es necesario y aceptando culpas cuando se cometen errores. Por su parte, los lugares de trabajo psicológicamente inseguros son incómodos, sofocan la innovación y afectan la capacidad de una organización para seguir siendo competitiva.
Establecer confianza es uno de los pilares de AIM. «El entrenamiento de improvisación cultiva un conjunto de habilidades específicas de tolerancia a errores, habilidades de escucha, espontaneidad, presencia, confianza en el desempeño y habilidades de colaboración», concluyeron investigadores que estudiaron los efectos de la improvisación en la Universidad de Helsinki, Finlandia. Este conjunto de habilidades ayuda naturalmente a las personas a relajarse y reflexionar, esencialmente proporcionando la base de una zona psicológicamente segura que reduce la tensión emocional y física.
AIM crea un espacio seguro donde las ideas y la confianza pueden florecer al empoderar a los participantes para que hablen y piensen creativamente. Es una causa valiosa para todos los involucrados, ya que la confianza conduce a un aumento del 260% en la motivación en el trabajo y a una disminución del 41% en el ausentismo.
EN LA PRÁCTICA
Un ejemplo de ejercicio AIM implica que un facilitador pide a los participantes que se dividan en grupos de 4 y les asigna la tarea de resolver un problema absurdo. Los participantes se turnan para intercambiar ideas y soluciones, con la diferencia de que todos deben estar de acuerdo con las ideas anteriores e incorporarlas a las suyas. La respuesta se afina y se agrega hasta que surge una resolución que destaca las aportaciones de todos los participantes. Los participantes aprenden a perfeccionar sus habilidades de escucha, cooperación y comunicación, generando confianza, compromiso y productividad. En un entorno empresarial, una mayor productividad puede acelerar o impulsar el logro de objetivos o la rentabilidad, el objetivo final de cualquier esfuerzo.
Si bien la acción ocurre durante este ejercicio, el aprendizaje ocurre en la siguiente sesión informativa. El facilitador explica cómo la actividad obligó a los participantes a pensar con rapidez, sumiéndose en una situación caótica donde la opción de fracasar era inexistente. Además, la actividad muestra la importancia de la escucha activa, la creatividad y la colaboración en un objetivo común. Al decir “sí” y dejar cualquier rastro de actitud defensiva, los participantes pueden confiar en sí mismos y compartir esa confianza con sus compañeros.
Actividades como la descrita anteriormente mejoran competencias profesionales como la comunicación y el liderazgo y, al mismo tiempo, enseñan métodos para reducir activamente los niveles de estrés. A través de AIM, el personal profesional aprende cómo sentirse más cómodo consigo mismo y con los demás, brindándoles acceso a un espacio seguro para identificar fallas de comportamiento y abordarlas sin temor a represalias.
El espacio seguro creado por AIM ayuda a humanizar la gestión del personal profesional que dirigen, haciéndolos más accesibles y reduciendo la fricción laboral. Para la dirección y sus organizaciones, la reducción de los niveles de estrés resulta beneficiosa cuando se trata de una mayor eficiencia, productividad y salud de su personal profesional.